Capitulo II
-“¡Ese átomo!”... ¿Qué? ¿Nadie lo sabe? El misterio continúa a finales de curso. Y la gente habla de cenar con le jefe de estudios de un centro sin epicentro y por cierto, sin estudios. Lo cual era un jefe de estudios sin estudios sin epicentro que escribía con bolígrafos de (mejor censurar esto)
Esto es de locos, jamás vi ninguna clase que experimentase tantos cambios. Cuando iba a hablar con los de atrás, ¡Ya no estaban!, se encontraban en la esquina más alejada de la clase, con lo cual yo, el joven del capitulo I se admiraba ante la identidad camaleónica de la clase, conjunto dividido de formulación y surrealismo.
-“Un protón...” dice el individuo. “Un protón creo que es un método anticonceptivo, te explico: Se coloca en...” el resto estoy seguro de que vuestra desarrollada mente de ciencias será capaz de completar.
Ahora me dedico a separar ácidos de Brontë de los escritos de Realismo y Naturalismo, temas en los cuales, experto es el doctor Tainy, que por cierto era capaz de tocar las bandas sonoras de las películas haciendo pitillos.
-“¡La sal es un electrolito fuerte!”- Dice el individuo. Los electrolitos son unos seres con gafas que habitan en el interior de los enchufes de las cocinas. Existe una variación de la raza que son los electrolistos, que son empollones que metieron los dedos en el enchufe de algún electrolito en algún momento de su competente existencia. Volviendo con los electrolitos, viven en los enchufes de las cocinas por varias razones: Hay más comida y además es donde suele haber más aparatos eléctricos conectados lo cual incide en que hay más electricidad, cosa agradable y necesaria para ellos, como la humedad para una iguana.
Conclusión: La sal es un ser con gafas que habita en el interior del enchufe de una cocina y además con la particularidad de haber ido al gimnasio durante algún periodo de tiempo, o bien, que ha sido condenado a trabajos forzados, por el mismo periodo de tiempo.
El alfiler sigue en su sitio, e incluso...
Continuará...
Esto es de locos, jamás vi ninguna clase que experimentase tantos cambios. Cuando iba a hablar con los de atrás, ¡Ya no estaban!, se encontraban en la esquina más alejada de la clase, con lo cual yo, el joven del capitulo I se admiraba ante la identidad camaleónica de la clase, conjunto dividido de formulación y surrealismo.
-“Un protón...” dice el individuo. “Un protón creo que es un método anticonceptivo, te explico: Se coloca en...” el resto estoy seguro de que vuestra desarrollada mente de ciencias será capaz de completar.
Ahora me dedico a separar ácidos de Brontë de los escritos de Realismo y Naturalismo, temas en los cuales, experto es el doctor Tainy, que por cierto era capaz de tocar las bandas sonoras de las películas haciendo pitillos.
-“¡La sal es un electrolito fuerte!”- Dice el individuo. Los electrolitos son unos seres con gafas que habitan en el interior de los enchufes de las cocinas. Existe una variación de la raza que son los electrolistos, que son empollones que metieron los dedos en el enchufe de algún electrolito en algún momento de su competente existencia. Volviendo con los electrolitos, viven en los enchufes de las cocinas por varias razones: Hay más comida y además es donde suele haber más aparatos eléctricos conectados lo cual incide en que hay más electricidad, cosa agradable y necesaria para ellos, como la humedad para una iguana.
Conclusión: La sal es un ser con gafas que habita en el interior del enchufe de una cocina y además con la particularidad de haber ido al gimnasio durante algún periodo de tiempo, o bien, que ha sido condenado a trabajos forzados, por el mismo periodo de tiempo.
El alfiler sigue en su sitio, e incluso...
Continuará...
0 comentarios